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AGUA QUE NO HAS DE BEBER

Publicado: 2012-04-04

AGUA QUE NO HAS DE BEBER

José Álvarez Alonso

Recuerdo muy bien el primer número de la revista Kanatari, a mediados del 1983, porque con él me estrené de periodista aficionado: “Un pueblo que muere de sed”, o algo así, rezaba el titular, con la foto de una olla vacía colgando de un grifo seco en la portada. El reportaje central trataba justamente de la crónica escasez de agua que sufría por entonces Iquitos. Han pasado casi tres décadas y las cosas siguen igual, pese a las enormes inversiones hechas en años recientes (a lomos del sufrido consumidor iquiteño) y a los avances de la tecnología.

Esto es más increíble por cuanto estamos en la Meca del Agua: Iquitos está rodeado de agua, nada menos que por tres ríos (incluyendo al Amazonas, con un quinto del agua dulce no congelada del planeta), y sin embargo padece de falta de agua, algo a todas luces inadmisible e insoportable.

El Día Mundial del Agua, celebrado en todo el Mundo el pasado 22 de marzo, nos ha encontrado en una crisis de agua en esta acuática ciudad: luego de meses sufriendo la enésima levantada de pistas para instalar un moderno sistema de distribución de agua, que incluyó la construcción de aparatosos tanques elevados, vemos cómo nada ha cambiado, las restricciones siguen igual (algunos usuarios dicen que peor que antes). La mayoría de las viviendas de Iquitos tienen agua apenas unas horas al día, y hay barrios que sufren días sin una gota.

Pero la gente de Iquitos no sólo sufre por falta de agua gracias a la ineptitud de la empresa prestadora del servicio, también consume productos hídricos contaminados (hablamos del pescado): el año pasado nos enteramos de que el pescado del Marañón estaba contaminado con metales pesados, de acuerdo con un estudio del IIAP. Otro estudio revela que también el pescado del Napo tiene altos niveles de contaminación con mercurio. Es para preocuparse, porque el mercurio, junto con otros metales pesados, es bioacumulativo, y produce serios daños a la salud.  En ambos casos la causa parece ser la minería aluvial, unida junto con las actividades petroleras y mineras aguas arriba.

La sequía que se viene

Las sequías del 2005 y 2010 que asolaron la Amazonía han sido un preaviso de lo que se viene con el cambio climático. Los expertos anuncian más frecuentes y severas crisis, por lo que debemos estar preparados. Iquitos se abastece de agua en el Nanay, típico río de selva baja con nacientes en el llano amazónico. Esto quiere decir que sus aguas no provienen de acuíferos subterráneos, sino exclusivamente de la lluvia, y de los bosques y pantanos que la almacenan. La única forma de mitigar los efectos del cambio climático y prevenir futuras restricciones de agua es proteger los bosques del Nanay: como se sabe, los bosques amazónicos son al mismo tiempo fábrica y almacén del agua de lluvia.

Los científicos calculan que hasta un 50% del agua de las lluvias amazónicas es producida (reciclada) por el mismo bosque, a través del mecanismo de la evapotranspiración. Recientemente se ha descubierto que minúsculas partículas orgánicas desprendidas de los bosques amazónicos (aerosoles orgánicos) funcionan como núcleos condensadores de nubes, es decir, auténticas fábricas de lluvia. Si se talasen los bosques no sólo disminuiría, por tanto, en un 50% el agua de lluvia porque desaparecería el fenómeno de la evapotranspiración: es probable que no lloviese en absoluto.

Felizmente los bosques del Nanay están en cierto modo a salvo. Dos reservas protegen buena parte de la cuenca (la Reserva Nacional Allpahuayo-Mishana, en el bajo Nanay, y el Área de Conservación Regional Alto Nanay-Pintuyacu-Chambira, en total más de un millón de hectáreas). El resto de la cuenca son bosques titulados a las más de cuarenta comunidades, que los manejan de modo bastante sostenible, pues son más “bosquesinas”, manejadoras de recursos forestales, que campesinas. Adicionalmente, el IIAP impulsó en el 2003 una ordenanza regional para proteger a esta cuenca de las amenazas más graves, las dragas que estaban envenenando sus aguas, y la deforestación con fines industriales. La ordenanza excluye, sin embargo, la exploración petrolera, que puede ser una amenaza para la calidad del agua, pese a que la compañía que explora la zona, ConocoPhillips, tiene fama de respetar los más altos estándares socioambientales.

Programas impulsados por el Gobierno Regional con apoyo del IIAP y la cooperación internacional están promoviendo en las comunidades del Nanay alternativas económicas que mitiguen la deforestación y pongan en valor el bosque en pie, dando valor agregado a la madera y a otros productos forestales no maderables, como fibras de chambira, semillas de palmeras, y otros. Actualmente también están gestionando un esquema de pago por servicios ambientales, de modo que los usuarios del agua en Iquitos contribuyan con la conservación de los bosques sumando una pequeña cantidad en su recibo mensual de agua (un mecanismo ya puesto en marcha con éxito en Moyobamba y muchas otras ciudades en América).

Si no prosperan (que no deberían jamás prosperar) algunos desquiciados proyectos de plantaciones de palma aceitera en ésta y otras cuencas, y no resucita el malhadado Proyecto Corina y su ahijado el Proyecto Marañón, pensamos que Iquitos tiene garantizadas las fuentes de agua y recursos hidrobiológicos para varias generaciones. Lo que falta es buscar quién gestione más eficientemente el agua potable…

Blog: pepealvarez.com


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Amazonía torturada

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